miércoles, 5 de enero de 2011

Los años borrados (la narrativa republicana entre 1936 y 1939)

Hace unos días he recibido un correo relacionado con los sucesos de Yeste*. A veces ocurre que alguien interesado en algún tema del que he escrito se pone en contacto conmigo, al poco de publicarlo o un lustro después. En este caso en ambos momentos gente con muy diferentes intereses lo ha hecho. El nieto de uno de los numerosos heridos de aquella barbarie me escribe a propósito de su abuelo lo siguiente:

"Vivía en el cortijo de los Chaparros (Arguellite) y segun se conoce en el propio libro, se unieron todos los pueblos y cortijos de la zona, pues el fue uno mas q se unió y cuando se desató el desastre a mi abuelo q intentó huir tambien como el resto de la gente, un guardia civil le disparó dandole en el gemelo de la pierna, mi abuelo se tiró a un lado de la cuneta o camino, no recuerdo lo q era y se hizo pasar por muerto, cuenta q cuando se acercaron los guardias civiles, comentaron q si le pegaban otro tiro y se aseguraban de q lo remataban y determinaron que ese tiro lo guardaban para otra persona...(pensando q estaba mi abuelo muerto) y asi mi abuelo intentó sobrevivir a ese dia...
(He respetado la redacción original hasta donde me ha parecido salvable).
Este mail lo recibí precisamente el día de los Inocentes, si no ese día el siguiente estaba echando un vistazo a un libro que lleva por título La voz de los náufragos de 1997 sobre la narrativa republicana entre 1936 y 1939 (que nadie se moleste en encontrarlo: es prácticamente inasequible en bibliotecas y librerías madrileñas). Pues bien, en él dí sin buscarlo, pero azuzado por ese correo, con un testimonio inmejorable sobre la matanza de Yeste que no conocía, tampoco recuerdo que los historiadores y novelistas que más extensamente se han ocupado de la misma lo citen. Por cierto, tiene esta unos precedentes republicanos coincidentes con estas fechas navideñas: Castilblanco, Arnedo y Casas Viejas.
Lo diré ya. Ese testigo excepcional es el periodista Antonio Sánchez Barbudo de visita en el lugar de los hechos con las Misiones Pedagógicas (a pesar de la carga religiosa del plural sustantivo religioso, se trataban de un maravilloso proyecto educativo laico dirigido a la población rural). Es una suerte que ese documento pueda leerse en esta fuente:
hemerotecadigital.bne.es/Valencia/HoradeEspaña%yeste%20sanchez%20barbudo%22&page=52
Y algo que parece borrado de nuestra narrativa contemporánea es su libro de relatos Entre dos fuegos Narraciones (1937-1938), ¡Premio Nacional de Literatura! La primera de ellas "Días de julio" se ambienta en el abrupto paisaje manchego y serrano de Yeste y varios personajes de su crónica en Hora de España son aprovechados: "Las señoras beatas, el odioso jovencito de la fonda, un muchacho que recuerda al telegrafista y los firmes y recios campesinos". (Apunte recogido en el libro citado, La voz de los náufragos).
Como lo definíó Rafael Dieste pertenece esta narrativa a un grupo de "libros de mirada clara", a una preocupación social que la generación realista de los 50 -llamada despectivamente de la berza- trató de recuperar hasta que Castellet y Barral giraron hacia el experimentalismo y la actual democracia la enterró definitivamente.
¿Casualidades? Que quieren que les diga. Estos mismo días he conocido a los editores José Duarte, Antonio Pérez y Mar Muriana. A través de su colección Exiliados se han propuesto completar la publicación en España de la obra de aquellos escritores del exilio que no ha visto la luz aquí.
Han rescatado la novela La aventura de Marta Abril y otro libro de relatos de Paulino Masip. Una buena antología de estos últimos ya fue editada con la colaboración del Instituto de Estudios Riojanos. Otro tanto está mereciendo el citado Sanchez Barbudo, cuya interesante obra permanece borrada de nuestra prolífica literatura. Por fortuna, sí que se ha recuperado en parte al también periodista Chaves Nogales, (tampoco olvidamos la notoriedad de Ramón J. Sender debida más a su faceta de escritor que de periodista, o de Max Aub, Arturo Barea, Bergamín...; pero poco o nada a Luisa Carnés, Manuel Lamana, Ricardo Bastid, Isabel de Palencia, eugenio F. Granell, Juan Rejano, José Herrera Petere, etc.
Y entregados a ello siguen, con resultados muy sorprendentes: Véase y léase Destierro en Manhattan. Refugiados españoles en Norteamérica, de Antonio Ruiz Vilaplana. Claro que de este secretario judicial y periodista también acaba de reproducirse una edición pirata de su primera obra, escrita en París en el verano del 37, Doy fe...Un año de actuación en la España nacionalista (¡lo que no empece que la distribuya Marcial Pons para magistrados curiosos de las Salesas con prólogo incluido del académico ¡Arturo Pérez Reverte!). Bienvenidas sean, no obstante, todas -y también, insisto, las producidas durante la guerra en (la) España constitucional- en la recuperación de esa narrativa que no debería continuar como ajena o extraña a nuestra propia tradición literaria. La España que representan era entonces la única reconocida por las Sociedad de las Naciones, y era de ley que lo hubiera seguido siendo.
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*NOTA FINAL (dedicada al nieto de Serafín):

Sobre los sucesos de Yeste puedes consultar estas fuentes:
Prensa de la época: http://http//hemerotecadigital.bne.es/sucesos%20yeste

El libro en PDF del historiador Manuel Requena:http://http//www.dipualba.es/IEA/digitalizacion/OBRAS/lossucesosdeyeste.pdf
Un artículo de Juan Goytisolo en El País, 1981. Visita de nuevo Yeste rememorando la ficción sobre los hechos que recreó en Señas de identidad:
http://www.elpais.com/articulo/opinion/ESPANA/FRANQUISMO/cruces/Yeste/elpepiopi/19811117elpepiopi_5/Tes
Un nuevo estudio de Manuel Requena del periodo republicano en la comarca del Alto Segura:
http://www.laverdad.es/albacete/cultura/manuel-requena-publica-libro-

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